Se transforma en el primer tratado internacional de IA legalmente vinculante, el cual se firmó el pasado jueves entre los estados miembros de la UE, Estados Unidos y Reino Unido.
Este marco regulatorio se adoptó en mayo luego de una convención sobre inteligencia artificial entre 57 países, abordando los distintos riesgos que supone la IA para los presentes y futuros tiempos.
«Esta convención la consideramos como un paso importante para garantizar que estas nuevas tecnologías puedan ser aprovechadas sin erosionar nuestros valores más clásicos, como los derechos humanos y el estado de derecho», mencionó Shabana Mahmood, ministra de justicia en Reino Unido.
Este tratado abre las puertas a que más naciones interesadas puedan sumarse a la iniciativa, donde ya Andorra, Georgia, Islandia, Noruega, Moldavia, San Marino e Israel ya pusieron su parte para confirmar el acuerdo.
El estatuto se centra principalmente en la documentación y puesta a público de la información relevante sobre los sistemas de inteligencia artificial, en los que incluye su funcionamiento, uso en ámbito sociales, políticos y de interés general.
Pero también busca incluir las regulaciones para hacer de la IA una herramienta de apoyo y una aplicación efectiva y correcta, dejando de lado cualquier adopción injusta, discriminatoria o errónea.
De todas formas, no hay posibilidades reales de que este acuerdo pueda reemplazar a los debates actuales que se dan en el contexto de las Naciones Unidas, G20 o congresos locales.